Salman Rushdie y la religión

Escribe: Juan Carlos Suárez Revollar*
Fue descorazonador ver al escritor Salman Rushdie, de 75 años, siendo evacuado después de que un muchacho lo apuñalara por razones religiosas.
Desde la caída de las Torres Gemelas se ha normalizado aceptar la intolerancia del Islam, con terribles ejemplos como la Yihad (guerra religiosa), las lapidaciones o los crímenes de honor. ¿Es realmente el Islam tan peligroso? ¿Y qué hay de otros grupos religiosos, digamos, más cercanos a la realidad peruana? A partir de la década del sesenta el catolicismo ha comenzado a retroceder en América Latina ante el enorme crecimiento de las iglesias evangélicas. Y en nuestro país fue la elección de 1990 la primera donde realmente la religión fue determinante.
Pocas cosas permiten el afianzamiento de un grupo religioso como la incursión de sus líderes en política. Por eso estamos viendo cómo el Congreso (lleno de congresistas evangélicos o defensores de una agenda evangélica) comienza a recortar e incluso a suprimir derechos que tomaron décadas y hasta siglos conquistar.
El colectivo ‘Con mis hijos no te metas’ es el mejor ejemplo de la imposición de ideas (a menudo falsas o mal entendidas) en la sociedad. Y nos obliga a aceptarlas a todos, incluso a personas no creyentes o agnósticas. Es decir, el trasfondo de este grupo es que nadie se meta con sus hijos aunque ellos sí se metan con los nuestros.
Condenar a un escritor a muerte por abordar en la ficción aspectos sagrados del Islam (o la religión que sea) es evidentemente excesivo. Y si bien debería primar el respeto a las creencias ajenas de parte de todos aquellos que comunicamos contenidos de cualquier tipo, no podemos confundir “respetar la religión» con «temerle a la religión”. Ya hace mucho que superamos el oscurantismo de la inquisición. O al menos eso deberíamos creer.
* Juan Carlos Suárez es periodista y autor de la novela Cautivos de mar y tierra.